Bienvenido

Bienvenido

jueves, 16 de julio de 2009

¡Oh!

Caramelos de cornelio, que sufren y pululan entre nosotros diario sin tener razón alguna de existir, de crear, de respirar o de vivir. Sólo succionan mis días uno a uno, crecer no es una opción, me convierto en estatua de mi propia caricatura. Soy mexicano. Como de mis competidores y destruyo las oportunidades en conjunto, desaparezco día a día un poquito, me muero despacio, sin dolor.

Cargando la soledad en la espalda se aprende a comer mejor y desilusionar a mis padres. Se aprende a jugar a no ser yo. A ser feliz. A comer verduras en vez de pan y a correr en vez de gritar, lo sano que se come mi vientre se llama carne, y corre detrás de mi sin saber que se persigue a si misma, y que nunca dejará de sentir hambre, todo lo que digo solo sale pero es delicioso como correr en la lluvia y pensar que es el último día de tu vida, no hay nada como el silencio para saber que ya estás muerto.

Balas sobre mi cabeza, mis hombros, no me dejan caminar erguido, con orgullo, me lo arrancan a cada paso, me dejan sin poder descansar de mi propio peso, me dejan...

Carrilla de más o menos,soltura desde la luna, desde que dejé de saber que me importa todo y a la vez me doy hueva, sólo es que esto es un nudo, y ya llevaba tiempo ahí, como tapón de sangre, como costra vieja que ya se pudrió y sólo deja salir porquería durante días, hasta que una mañana te despiertas y ves la herida, y unas gotas de sangre roja te sonríen como esa niña que te besó en el cachete por primera vez sólo porque eras tu.

La noche se desvanece mientras hablo con ella, me rodea como niebla y me susurra que ya me voy y que no puedo detenerme, que se acaba el tiempo y el aire, que el día ya no sigue porque se me acabó el veinte y que el fin es el fin no importa cuantas veces escriba la misma idea de manera diferente, se va porque se va, el sonsonete en mi cabeza se va porque se va, la luz me daña.

Lo último que puedo decir es que lo límites ya no me funcionan y que las roturas de labios de los vecinos me tienen sin cuidado, el odio y la violencia me aburre cuando es real, porque la veo todo el tiempo, la fantasía está en lo que no quieres pero te fascina, en lo que temes pero te intriga, en lo que odias y por eso es más cercano a ti que cualquier otra cosa, el peso de tus perversiones se integra perfectamente a tu personalidad obsesiva, eres robot de mal sanos y el autómata hoy si vino a trabajar.

Las texturas de mis labios y del los tuyos son un molde perfecto el uno del otro, somos la erosión del otro, parásitos en conjunto de la misma infección, corremos detrás de lo mismo pero lo digerimos distinto, somos insectos que vuelan por separado pero siempre comen lo mismo, somos la diarrea mental de un escritor de clase media con mucho que decir pero nada que contar, calumnias ante un mundo lleno de verdades puras que son más falsas que dios.

Carreteras y carreteras, siempre palabras con c siempre lejos o que me llevan a algún lado, siempre huyendo, nunca agusto, siempre corriendo, jactándome de lo bueno y lo malo que existe en todo, y sobre todo no dejando escapar nada, porque si se va, nunca lo voy a volver a ver y mi vida será un desperdicio tremendo, lleno de incongruencias, lleno de vacío, lleno de moras azules sabor espartame, lleno de cuerpos perfectos que se estiran hasta que se rompen como globos con agua y derraman su contenido en el piso sagrado de asfalto y basura de la ciudad más grande del mundo.

No puedo parar, no puedo parar, mi mente necesita tomar más agua y comer más líquidos, estoy deshidratado en la espina dorsal y me canso que las pinches pitufifresas son la cosa que más se me ha antojado después de las hamburguesas de popeye y las pizzas de las tortugas ninja.

Chingao.

lunes, 6 de julio de 2009

Nausea

Un torbellino dentro de mi estómago que me dicta el no sentir y el no respirar