Bienvenido

Bienvenido

jueves, 15 de diciembre de 2011

Amor

Cuando te vi me pareciste repugnante y un tanto predecible, suave y delicado, como parte de tu discurso hacia el mundo que está siempre a tus pies,, que te idolatra sin cuestionárselo. Creí que me hablabas como tratando de envolverme en tu seda brillante y llena de calor frío, buscando meterte entre mis huesos pero sobretodo entre mis piernas.

Luego noté que quizás eso estaba equivocado y que lo que querías cogerte era mi cerebro, mis ideales y mi pasado. Que tu entretenimiento solo podía suceder cuando convertías a tus súbditos en fieles, cuando estaban dispuestos a comerse a alguien vivo por ti, pero también me equivoqué.

Entonces fue cuando supe, vi un dejo de ternura, de tono en que te dirigías hacia mi, primero fue halagador, me sentí especial sólo por ser tratada distinto, pero aún así renegué esa sensación desde el principio, seguro alucinas, ni le importas, sólo eres un adorno más en su capa, pero luego dijiste algo acompañado de tu mirada, esa que sólo yo he visto, en la que te ves con miedo, en la que sabes que conmigo estás indefenso, que no hay nada que me impida aplastarte como a una mosca, fue cuando descubrí que existías así dentro de mi, que sólo conmigo eras así, que era imposible que le mostraras eso a nadie y ahí entendí que tu y yo no tenemos nada en común, no venimos del mismo lugar y definitivamente no somos compatibles pero, hubo algo que fue justo lo que necesitaba, honestidad, vulnerabilidad, incondicionalidad, confianza. Sólo saber, que puedo apuñalarte el corazón cuando se me antoje y tu estarías encantado, me hace quererte, amarte y adorarte como a un santo, daría mi vida por ti, sólo por saber que tengo ese poder sobre ti, eres lo que siempre soñé.