Caricaturas y leones marinos, esas fueron mis pesadillas infantiles. Las imágenes que contaminaban mi inconsciente durante esas largas caminatas por la carretera, esperando encontrarme algún alma igual de perdida que yo, igual de muerta, ansiosa, seca.
Las gotas de sudor que escurren por mi cara y que parece que nunca dejarán de salir, el calor sofocante de mis cachetes y el frío que choca con mi pecho, la máquina continúa moviéndose sólo por la inercia de la indecisión. O mátate o vive pero deja ya de ser un fantasma, pero si dejara de serlo entonces ¿a qué chingados vine?.
Las noches largas que recorren mis arrugas y dolores musculares, los traumas que nunca te abandonan y que luego forman parte de el constante recordatorio de todo lo malo que eres y haces, de todas las veces que nada salió como tu querías, o sea siempre. Toda la vida una continúa senda de errores unos más graves que otros, miles de personas que te detestan o que están decepcionadas de ti, nada de lo que haces está bien o es bueno. Eso debería de hacerte libre ¿no?, entonces ¿por qué tanto miedo?. La certidumbre si existe, siempre fracasarás, ya no te preocupes.
Un viejito ebrio alguna vez me dijo que los mejores días de su vida los podía contar con los dedos de una mano. Recuerdo pensar que era un viejo bastante patético, porque yo sólo tenía 13 años y no me alcanzaban los dedos de todo el cuerpo para mis mejores días. Lo que no sabía es que conforme vives más, tus estándares de felicidad suben mucho y tu optimismo se desploma hasta que rebasa el piso.
En fin, la vida es corta o larga, los años pasan rápido o lento. Podría decir que sólo voy a divertirme o que me la voy a pasar de la chingada por el resto de mis días. Ninguna es verdad. Sólo se que seguiré sobre analizando todo, al menos hasta que tenga novia, aunque seguramente ella será igual de obsesiva que yo, y sobre analizaremos todo juntos.
Bienvenido
lunes, 30 de marzo de 2009
domingo, 29 de marzo de 2009
viernes, 27 de marzo de 2009
Rocallosas
La cabeza me da vueltas, tengo los oídos destapados y la nariz llena de rocosidades blancas que cuando respiro entran por mi torrente sanguíneo y despiertan a mi cuerpo como una patada en los huevos. Las costumbres de sacar a mis amigos de la vida cotidiana de mis enemigos es lo que me mantiene calientito en las noches y divertido por doquier.
Colmenas llenas de miel y perversión que se alegran de verme como madres aprensivas, raspadas en las rodillas y sangrando por la nariz, dulces sueños y sonoras pesadillas que me carcomen porque no me acuerdo, porque ya no duermo.
Porque cuando despierto de ti, no me quedan energías para mi, porque cuando salgo de ti, sólo puedo existir sin mi.
Caminar y caminar ya no me sirve porque las esperanzas se quedaron sin gasolina y los sueños ya me abandonaron, la lumbre ya ni me calienta el agua ya ni me moja, lo pero es que el sol sale todos los días y a mi me da lo mismo.
Carreteras y carreteras de cadáveres que cuelgan de las azoteas de los ricos y poderosos, que dominan el aire con su putrefacta belleza llena de deliciosos sabores y colores, de sentimientos puros de tranquilidad y amor que no se de dónde salieron, que no quiero entender, que sólo puedo ver y no siento nada otra vez.
Colmenas llenas de miel y perversión que se alegran de verme como madres aprensivas, raspadas en las rodillas y sangrando por la nariz, dulces sueños y sonoras pesadillas que me carcomen porque no me acuerdo, porque ya no duermo.
Porque cuando despierto de ti, no me quedan energías para mi, porque cuando salgo de ti, sólo puedo existir sin mi.
Caminar y caminar ya no me sirve porque las esperanzas se quedaron sin gasolina y los sueños ya me abandonaron, la lumbre ya ni me calienta el agua ya ni me moja, lo pero es que el sol sale todos los días y a mi me da lo mismo.
Carreteras y carreteras de cadáveres que cuelgan de las azoteas de los ricos y poderosos, que dominan el aire con su putrefacta belleza llena de deliciosos sabores y colores, de sentimientos puros de tranquilidad y amor que no se de dónde salieron, que no quiero entender, que sólo puedo ver y no siento nada otra vez.
martes, 24 de marzo de 2009
Callos en los ojos
Calamares de seda que nadan por el oscuro cielo que puedo ver desde el cuadrito de la azotea, el aire frío y el húmedo calor hacen que mi camisa esté pegajosa, mi piel es muy suave, pero no como la de ella.
Calor intenso, debo salir a caminar.
El patio de la ciudad está en las mismas terribles condiciones de siempre, tullida y falta de emociones, sólo con basura sentimental y miles de distracciones que sólo pueden servir para construir miseria.
Degenerados, alcohólicos, drogadictos, prostitutas, niños callejeros, ancianos que parecen piedras, todos tienen la ausencia del mal, pero lo viven todo el tiempo, son víctimas de el sistema, de la caligrafía mediocre de nuestra cultura y de la indiferencia total de todos, entre ellos yo.
La caminata no me ayuda, quiero salir corriendo y seguir hasta que se acabe el mundo o mi corazón explote. Los murmullos de la noche me respiran en la nuca, siento el miedo de la ciudad, está aterrorizada de sí misma, del horror del que es capaz, del olor que puede exhalar, del dolor que puede provocar, de su inevitable inmortalidad.
Peor que todo eso, se me acabaron los cigarros. Diviso una tiendita, cada vez más extraño en esta multi gigantesca mamada de pueblo en esteroides, escurre de productos por todos lados, es como una hemorragia de papitas, dulces y revistas, adorable de verdad.
La atiende un tipo gordo sentado en un banquito que podría sin duda alguna meterse por la nariz y aspirar hasta que le perfore el cerebro, él también se escurre. Como el sudor que escapa por todos los poros de su cuerpo, y del mío también, el intercambio de dinero es muy muy incómodo, es como si le tuviera que enseñar una cicatriz en la nalga o algo así.
El dulce humo de la primera fumada no se compara con nada, ¿por qué no todas pueden ser la primera fumada?.
Las criaturas nocturnas acaban de notar mi existencia, y me acechan poco a poco sin prisa, saben que no tengo de otra. Una anciana que está sentada en una banquita, tan fija que parece que está hecha de cemento. Me mira sin mover la cabeza, yo la miro constantemente, los surcos en su rostro, parece que fueron curtidos durante millones de años por niños con manos de cobre, su mirada es indescriptiblemente aguda, voraz, me deja seco y camino cada vez más despacio.
Estoy frente a ella, me mira sin parpadear, sin moverse, comienzo a temblar, mi cigarro cae al piso, la vida de la ciudad se congela un segundo, sus dientes crecen sin control y me tragan de un solo mordisco, el mundo adentro de ella es muy parecido al de afuera, pero aquí hace más calor.
Calor intenso, debo salir a caminar.
El patio de la ciudad está en las mismas terribles condiciones de siempre, tullida y falta de emociones, sólo con basura sentimental y miles de distracciones que sólo pueden servir para construir miseria.
Degenerados, alcohólicos, drogadictos, prostitutas, niños callejeros, ancianos que parecen piedras, todos tienen la ausencia del mal, pero lo viven todo el tiempo, son víctimas de el sistema, de la caligrafía mediocre de nuestra cultura y de la indiferencia total de todos, entre ellos yo.
La caminata no me ayuda, quiero salir corriendo y seguir hasta que se acabe el mundo o mi corazón explote. Los murmullos de la noche me respiran en la nuca, siento el miedo de la ciudad, está aterrorizada de sí misma, del horror del que es capaz, del olor que puede exhalar, del dolor que puede provocar, de su inevitable inmortalidad.
Peor que todo eso, se me acabaron los cigarros. Diviso una tiendita, cada vez más extraño en esta multi gigantesca mamada de pueblo en esteroides, escurre de productos por todos lados, es como una hemorragia de papitas, dulces y revistas, adorable de verdad.
La atiende un tipo gordo sentado en un banquito que podría sin duda alguna meterse por la nariz y aspirar hasta que le perfore el cerebro, él también se escurre. Como el sudor que escapa por todos los poros de su cuerpo, y del mío también, el intercambio de dinero es muy muy incómodo, es como si le tuviera que enseñar una cicatriz en la nalga o algo así.
El dulce humo de la primera fumada no se compara con nada, ¿por qué no todas pueden ser la primera fumada?.
Las criaturas nocturnas acaban de notar mi existencia, y me acechan poco a poco sin prisa, saben que no tengo de otra. Una anciana que está sentada en una banquita, tan fija que parece que está hecha de cemento. Me mira sin mover la cabeza, yo la miro constantemente, los surcos en su rostro, parece que fueron curtidos durante millones de años por niños con manos de cobre, su mirada es indescriptiblemente aguda, voraz, me deja seco y camino cada vez más despacio.
Estoy frente a ella, me mira sin parpadear, sin moverse, comienzo a temblar, mi cigarro cae al piso, la vida de la ciudad se congela un segundo, sus dientes crecen sin control y me tragan de un solo mordisco, el mundo adentro de ella es muy parecido al de afuera, pero aquí hace más calor.
sábado, 21 de marzo de 2009
Carne y papas
Casas y casa de cartón que desaparecen día con día, a veces te encariñas conuna y quieres vivir en ella pero después de un día o dos llueve o hace aire y es obvio que no es suficiente para ti.
Caminando bajo la lluvia se aclara el panorama, siempre, y por otro lado es como dejarse llevar de la mano por uno mismo, sólo estar y no desear ni añorar.
Corriendo las cortinas en las mañanas para no ver el sol es una parte básica de mi, es negar la realidad y conseguir lo que deseo en un simple paso, es ser yo.
En comer carne y papas te llevas toda la vida, en conseguir el dinero para las papas, en cocinar la carne, en encontrar quien se las coma contigo, en sentir y soñar, en pensar...
Caminando bajo la lluvia se aclara el panorama, siempre, y por otro lado es como dejarse llevar de la mano por uno mismo, sólo estar y no desear ni añorar.
Corriendo las cortinas en las mañanas para no ver el sol es una parte básica de mi, es negar la realidad y conseguir lo que deseo en un simple paso, es ser yo.
En comer carne y papas te llevas toda la vida, en conseguir el dinero para las papas, en cocinar la carne, en encontrar quien se las coma contigo, en sentir y soñar, en pensar...
miércoles, 18 de marzo de 2009
martes, 17 de marzo de 2009
Cocina/\Humedad
SOl dice: ¿que comes..?
DIEGO dice: atún con elote
SOl dice: si clásico de ti mezclarlo todo
DIEGO dice: o si
SOl dice: la cocina es un buen lugar..
para comer...
y otras cosas
se me antoja una falda..
y la barra del comedor..
poca luz..
viene del vestíbulo
sombras y contraluces cortan los movimientos
la espalda se topa con la alacena de metal barato
QUE CRUJE
Y SE AZOTA COMO CON EL VIENTO
NO HAY OTRA FORMA SALVO HACER DE LADO
ESE PEQUEÑO PEDAZO DE TELA QUE LO CUBRE,
ROSANDO DE VEZ EN VEZ LA COSTURA...
SINTIENDO EL CALOR DE LA ESTUFA APAGADA
UN POCO DE UN OLOR SUAVE VA SUBIENDO HASTA TUS FOSAS NASALES..
UN POCO DE UN OLOR A ESTOFADO TIBIO Y PEGAJOSO
ES COMO UNA TARTA TIBIA PARA HUNDIR LOS DEDOS
EL HORNO ... SUBE A 200 GRADOS, EL RELOJ MURMURA SUS PASOS, NO SE DETIENE A ESCUCHAR, LAS HORAS COMO ESFINGES DELATAN EL AUGURIO, EN SUS PALABRAS PROFÉTICAS
LA LUZ DE LA CAMPANA ESTÁ ENCENDIDA, LOS MUSLOS DESCUBIERTOS SE VAN DEJANDO MARCAR POR LAS HORNILLAS HELADAS
UN RUIDO
TODO SE DETIENE, CADA MÚSCULO SE TENSA
LA RESPIRACIÓN AGITADA
UNA RISA QUE SE AHOGA EN LA GARGANTA
UNA MANO SOBRE LA BOCA HÚMEDA
LOS OJOS BRILLANTES.
EL PANTALÓN YA NO ES UNA TALLA MÁS GRANDE, SIENTES LAS ATADURAS DEL CONVENCIONALISMO
EL ESTORBO DE LA MORAL
EL RUIDO PASA
EL VIENTO TAL VES ... TAL VES UN OJO QUE SE ALIMENTA
DE TU COMIDA..
TAL VES UN PERRO
... LA HORA HA SEGUIDO MARCANDO.. TIC TAC...
LA FALDA ESTA EN SU SITIO
LA ESTUFA VACÍA
EL PANTALÓN AÚN DEMASIADO PEQUEÑO PARA CONTENER EL HAMBRE ... LA PUERTA SUENA DETRÁS TUYO
SE AGITA
EN SU VAIVÉN DE PUERTA DE COCINA.
LA CERRADURA LEJANA..
TU MANO AHORA PASA POR TU ROSTRO HÚMEDO Y FRIÓ
LA DETIENES
UN POCO
EL OLOR AÚN ESTÁ TIBIO ENTRE TUS DEDOS..
FIN
DIEGO dice: wow
SOL dice: ME LO ACABO DE INVENTAR, VAS TU
DIEGO dice: el silencio de la madrugada
el aire frío de las tres de la mañana
la azotea oscura y abandonada de un edificio construido en los años treinta
la luna ilumina muy poco
sólo se escuchan los pequeños pasos de una criatura pequeña
de no más de 50 kilos
sube unas escaleras torcidas y crujientes
finalmente llega a la tierra prometida en la que su joven amante quedó de encontrarla
pero algo está mal
hay un olor dulzón, conocido y fuerte pero no sabe exactamente que es
contempla la luna a la espera de su amado
un goteo la distrae
trata de concentrarse en la luna pero el goteo sigue distrayéndola
es hipnótico
finalmente decide buscarlo
y se encuentra con un charco espeso y rojo, las gotas que caen vienen de algo indescriptible
algo que no tiene forma, es sólo una masa
lo único que tiene sentido en esa masa es una cadena de plata que tiene la foto de alguien
cuando ella la ve se horroriza
la foto es de ella
un grito ahogado comienza a salir de su garganta
pero es detenido por una mano enorme y rugosa
con callos más antiguos que el edificio
la levanta de su diminuta cabeza
ella tiembla incontrolablemente, su rostro gotea lágrimas continuas
el ente gigantesco y poderoso la mira con un ojo que sobresale de cientos de vendas que envuelven todo su cuerpo
es como una momia sin control, que huele a muerte
ella extrañamente siente escalofríos
pero no de frío ni de miedo
sino de adrenalina
de excitación
se descubre húmeda
confundida
pero excitada, es algo en el olor
algo que la convierte en un animal
que la reduce a sólo deseo
sus temblores cambian
cambian de calidad
él le respira en la cara, la pone a la altura de la suya
ella lo mira aterrorizada pero fascinada
él le arranca el vestido con uno de sus enormes dedos
el frío entra por sus orificios brutalmente, se le entume todo
sus pequeños músculos se contraen
esto despierta el animal de él
la estrella contra la pared y la penetra como si fuera de cartón
ella se rompe un poco
se rompe de placer y de dolor
el deja caer sobre ella toda la furia de años y años de violencia y abuso, de rechazo eterno
ella no entiende lo que siente pero no quiere que se detenga, quiere morir, morir así, quedarse trabada eternamente en esta ruptura
el sigue y sigue hasta que ella es un pedazo de carne inerte, un títere sin huesos
el no puede terminar, nunca lo hace
la deja caer como un trapo viejo, la mira con desdén y sale volando
la cara de ella mira hacia el cielo
la lluvia comienza mojar los cadáveres
el sonido de una respiración agitada sale de las sombras
ella abre los ojos, la lluvia le moja el rostro
el olor a muerte se ha ido
los gemidos de su amante la regresan a la realidad
está contra la pared
sostenida por su amante, joven y flaco como ella
penetrándola mediocremente como miles de veces antes
ella suspira
suspira con decepción
con flojera
con apatía
con cotidianeidad
sencillamente está harta de la realidad.
y descubre que la luna le hace compañía
casi siempre
fin
SOL dice: wow, cuanto de ti puedo aprender leyéndote
DIEGO dice: que aprendiste?
SOL dice: no importa, eso es para mi
DIEGO dice: atún con elote
SOl dice: si clásico de ti mezclarlo todo
DIEGO dice: o si
SOl dice: la cocina es un buen lugar..
para comer...
y otras cosas
se me antoja una falda..
y la barra del comedor..
poca luz..
viene del vestíbulo
sombras y contraluces cortan los movimientos
la espalda se topa con la alacena de metal barato
QUE CRUJE
Y SE AZOTA COMO CON EL VIENTO
NO HAY OTRA FORMA SALVO HACER DE LADO
ESE PEQUEÑO PEDAZO DE TELA QUE LO CUBRE,
ROSANDO DE VEZ EN VEZ LA COSTURA...
SINTIENDO EL CALOR DE LA ESTUFA APAGADA
UN POCO DE UN OLOR SUAVE VA SUBIENDO HASTA TUS FOSAS NASALES..
UN POCO DE UN OLOR A ESTOFADO TIBIO Y PEGAJOSO
ES COMO UNA TARTA TIBIA PARA HUNDIR LOS DEDOS
EL HORNO ... SUBE A 200 GRADOS, EL RELOJ MURMURA SUS PASOS, NO SE DETIENE A ESCUCHAR, LAS HORAS COMO ESFINGES DELATAN EL AUGURIO, EN SUS PALABRAS PROFÉTICAS
LA LUZ DE LA CAMPANA ESTÁ ENCENDIDA, LOS MUSLOS DESCUBIERTOS SE VAN DEJANDO MARCAR POR LAS HORNILLAS HELADAS
UN RUIDO
TODO SE DETIENE, CADA MÚSCULO SE TENSA
LA RESPIRACIÓN AGITADA
UNA RISA QUE SE AHOGA EN LA GARGANTA
UNA MANO SOBRE LA BOCA HÚMEDA
LOS OJOS BRILLANTES.
EL PANTALÓN YA NO ES UNA TALLA MÁS GRANDE, SIENTES LAS ATADURAS DEL CONVENCIONALISMO
EL ESTORBO DE LA MORAL
EL RUIDO PASA
EL VIENTO TAL VES ... TAL VES UN OJO QUE SE ALIMENTA
DE TU COMIDA..
TAL VES UN PERRO
... LA HORA HA SEGUIDO MARCANDO.. TIC TAC...
LA FALDA ESTA EN SU SITIO
LA ESTUFA VACÍA
EL PANTALÓN AÚN DEMASIADO PEQUEÑO PARA CONTENER EL HAMBRE ... LA PUERTA SUENA DETRÁS TUYO
SE AGITA
EN SU VAIVÉN DE PUERTA DE COCINA.
LA CERRADURA LEJANA..
TU MANO AHORA PASA POR TU ROSTRO HÚMEDO Y FRIÓ
LA DETIENES
UN POCO
EL OLOR AÚN ESTÁ TIBIO ENTRE TUS DEDOS..
FIN
DIEGO dice: wow
SOL dice: ME LO ACABO DE INVENTAR, VAS TU
DIEGO dice: el silencio de la madrugada
el aire frío de las tres de la mañana
la azotea oscura y abandonada de un edificio construido en los años treinta
la luna ilumina muy poco
sólo se escuchan los pequeños pasos de una criatura pequeña
de no más de 50 kilos
sube unas escaleras torcidas y crujientes
finalmente llega a la tierra prometida en la que su joven amante quedó de encontrarla
pero algo está mal
hay un olor dulzón, conocido y fuerte pero no sabe exactamente que es
contempla la luna a la espera de su amado
un goteo la distrae
trata de concentrarse en la luna pero el goteo sigue distrayéndola
es hipnótico
finalmente decide buscarlo
y se encuentra con un charco espeso y rojo, las gotas que caen vienen de algo indescriptible
algo que no tiene forma, es sólo una masa
lo único que tiene sentido en esa masa es una cadena de plata que tiene la foto de alguien
cuando ella la ve se horroriza
la foto es de ella
un grito ahogado comienza a salir de su garganta
pero es detenido por una mano enorme y rugosa
con callos más antiguos que el edificio
la levanta de su diminuta cabeza
ella tiembla incontrolablemente, su rostro gotea lágrimas continuas
el ente gigantesco y poderoso la mira con un ojo que sobresale de cientos de vendas que envuelven todo su cuerpo
es como una momia sin control, que huele a muerte
ella extrañamente siente escalofríos
pero no de frío ni de miedo
sino de adrenalina
de excitación
se descubre húmeda
confundida
pero excitada, es algo en el olor
algo que la convierte en un animal
que la reduce a sólo deseo
sus temblores cambian
cambian de calidad
él le respira en la cara, la pone a la altura de la suya
ella lo mira aterrorizada pero fascinada
él le arranca el vestido con uno de sus enormes dedos
el frío entra por sus orificios brutalmente, se le entume todo
sus pequeños músculos se contraen
esto despierta el animal de él
la estrella contra la pared y la penetra como si fuera de cartón
ella se rompe un poco
se rompe de placer y de dolor
el deja caer sobre ella toda la furia de años y años de violencia y abuso, de rechazo eterno
ella no entiende lo que siente pero no quiere que se detenga, quiere morir, morir así, quedarse trabada eternamente en esta ruptura
el sigue y sigue hasta que ella es un pedazo de carne inerte, un títere sin huesos
el no puede terminar, nunca lo hace
la deja caer como un trapo viejo, la mira con desdén y sale volando
la cara de ella mira hacia el cielo
la lluvia comienza mojar los cadáveres
el sonido de una respiración agitada sale de las sombras
ella abre los ojos, la lluvia le moja el rostro
el olor a muerte se ha ido
los gemidos de su amante la regresan a la realidad
está contra la pared
sostenida por su amante, joven y flaco como ella
penetrándola mediocremente como miles de veces antes
ella suspira
suspira con decepción
con flojera
con apatía
con cotidianeidad
sencillamente está harta de la realidad.
y descubre que la luna le hace compañía
casi siempre
fin
SOL dice: wow, cuanto de ti puedo aprender leyéndote
DIEGO dice: que aprendiste?
SOL dice: no importa, eso es para mi
domingo, 15 de marzo de 2009
Compañía
Las calles doradas reflejaban el sol tan duro que no podía ver más allá de dos metros delante de mi. Como cuando era niño decidí correr sin saber a dónde iba a parar, sin razón alguna, sin miedo, sin expectativas.
El sudor escurría por mi rostro y me daba comezón. Me rasqué y me rasqué hasta sangrar, lo predecible se cayó de mi rostro hasta que quedó sólo lo auténtico, al final todo era deshechable y ese pensamiento nunca dejó mi mente, hasta el momento en el que morí.
Corrí y corrí por todos lados, la ciudad estaba vacía, ya no quedaba nadie, pronto el dorado sería negro y el negro olvido.
Cuando por fin recorrí toda mi ruta, me asaltó un recuerdo que nunca creí volver a ver, y ahí es dónde entras tu, con tu mirada dulce y mente perversa, que sólo encontraba placer en destruir, personas, sueños o lo que estuviera cerca, lo que fuera ajeno a ti, lo que fuera imposible para ti.
Toda la vida creí que lo hacías por diversión o por venganza, quizás por ambos, quizás porque no sabes amar, pero justo ahora me doy cuenta que en realidad no es eso, es que nunca conociste algo diferente, eras sólo ignorante o demasiado cínica para el bien de la humanidad.
De cualquier manera pronto te volveré a ver si es que existe la vida después de la muerte, aunque para ser sincero, lo dudo mucho.
El cielo dorado comienza a cambiar de color, el negro se apodera rápidamente de todo, sólo tengo unos minutos antes de que esto acabe, así que corro hacia el Palacio, ahí si hay buena vista.
Desde la sala presidencial veo entrar los últimos rayos de sol, y los primeros rayos negros, ojalá alguien pudiera presenciar la belleza del fin a mi lado, como que sin compartirlo no tiene chiste.
El sudor escurría por mi rostro y me daba comezón. Me rasqué y me rasqué hasta sangrar, lo predecible se cayó de mi rostro hasta que quedó sólo lo auténtico, al final todo era deshechable y ese pensamiento nunca dejó mi mente, hasta el momento en el que morí.
Corrí y corrí por todos lados, la ciudad estaba vacía, ya no quedaba nadie, pronto el dorado sería negro y el negro olvido.
Cuando por fin recorrí toda mi ruta, me asaltó un recuerdo que nunca creí volver a ver, y ahí es dónde entras tu, con tu mirada dulce y mente perversa, que sólo encontraba placer en destruir, personas, sueños o lo que estuviera cerca, lo que fuera ajeno a ti, lo que fuera imposible para ti.
Toda la vida creí que lo hacías por diversión o por venganza, quizás por ambos, quizás porque no sabes amar, pero justo ahora me doy cuenta que en realidad no es eso, es que nunca conociste algo diferente, eras sólo ignorante o demasiado cínica para el bien de la humanidad.
De cualquier manera pronto te volveré a ver si es que existe la vida después de la muerte, aunque para ser sincero, lo dudo mucho.
El cielo dorado comienza a cambiar de color, el negro se apodera rápidamente de todo, sólo tengo unos minutos antes de que esto acabe, así que corro hacia el Palacio, ahí si hay buena vista.
Desde la sala presidencial veo entrar los últimos rayos de sol, y los primeros rayos negros, ojalá alguien pudiera presenciar la belleza del fin a mi lado, como que sin compartirlo no tiene chiste.
viernes, 13 de marzo de 2009
Cuernavaca
Tons cuando desperté creí que el trato estaba cerrado y salí de la cocina sin ropa pero convencido de que sería el final del día, y de que podría comprar mi departamento al menos en las próximas doce horas, aunque justo al salir de la casa me di cuenta de que eso sería imposible, cerré las cortinas y caminé hasta la esquina, comí un pedazo de pan, el corazón se me rompió en mil pedazos y creí que sería el fin pero nel, caminé hasta que se acabó el día y no llegué a ningún lado, tus gruesos labios, tus ojos enormes y tu pequeña nariz me dejaron hipnotizado, la luz de las velas era perfecta pero algo extraño pasaba cada que me acercaba a ti, algo que estaba bien, pero me tranquilizaba verte sonreír, aunque el mundo se acabó cinco minutos después, siempre es bueno recordarlo.
Total que el desierto seguía inundado ni caso caminar hacia allá, me comí unos huevos crudos y corrí hasta el Árbol, me subí, tardé todo el día, en la noche dormí en la copa, un pájaro luchó un rato por tirarme pero le arranqué las alas y le mastiqué un poco la cabeza hasta que se cayó y reventó como ejote en el suelo, o al menos así se escuchó.
Cuando amaneció vi el sol, directo, sin miedo, y salté.
Total que el desierto seguía inundado ni caso caminar hacia allá, me comí unos huevos crudos y corrí hasta el Árbol, me subí, tardé todo el día, en la noche dormí en la copa, un pájaro luchó un rato por tirarme pero le arranqué las alas y le mastiqué un poco la cabeza hasta que se cayó y reventó como ejote en el suelo, o al menos así se escuchó.
Cuando amaneció vi el sol, directo, sin miedo, y salté.
miércoles, 4 de marzo de 2009
Ahhhhh
Cardenales rojos que no me dejan dormir, la voz del radio que no me deja dormir, el aliento a perro de mi esposa que no me deja dormir, la calidad deplorable del aire que no me deja respirar, la comezón que tengo entre los dedos de los pies, el calzón torcido que no me deja descansar, las cobijas que hacen cosquillas justo en la nariz, el hilo de sangre que escurre por mi nariz reseca y llena de costras, el sabor a bilis de mi garganta, la pansa inflamada e inestable que no me permite respirar bien, los oídos llenos de cerilla que me dan comezón que nunca realmente puede ser rascada, la resequedad de mi cráneo, el cabello que quiero arrancar porque da cosa estirarlo, la lagaña que se pega cada vez más a mi ojo hasta que entra y ya no puedo ver de un lado, lo inevitable de tallarme los ojos y la cabeza hasta que ya no veo nada, estirar los músculos hasta que duele y luego no poder moverme o caerme, tronarme los dedos y la cadera, darme de cachetadas, darle un cabezaso a un teléfono público, golpear las paredes y las puertas hasta que tu puño ya no es igual, aventar una piedra lo más lejos que puedas, dejar de amar de un día para otro.
martes, 3 de marzo de 2009
Solo
Mis huesos me piden que los use, mi carne se seca poco a poco, la nariz me sangra todo el tiempo, mis ideas ya no pueden conectarse, mi boca está seca, los labios me arden como nunca, los pies ya no los siento y la cadera me truena cada dos minutos, el olor a salitre saturado dentro de la columna vieja y estática que es mi memoria sólo me traiciona con su hedor a lugar común, nadie especial, mucho menos tu, mucho menos yo, todos seremos destruidos como moscas, y el drama dejará de existir porque ya no habrá quien lo piense.
lunes, 2 de marzo de 2009
Domingos de calamar.
Colágeno y huesos, piel curtida, pecas y humo, selva interminable, lluvia torrencial , niños zombis, creo que suena muy bien así, pero no lo fue, gritos que no escuché pero si vi, tu mirada fue de decepción, creo, pero en realidad no lo se, un animal herido hace cosas extrañas y yo sólo se que no entiendo nada más que el amor y el odio, y el amor es lo único que siento por ti.
Cuando las tardes arenosas mueran y se conviertan en la preocupación de alguna otra cara clase mediera y sin problemas empezaré a comerme mis ojos, a pequeñas mordidas, las obsesiones terminarán por sólo entender de casas y salitre, de putrefacción y colmenas sin miel, de abandono puro.
Calcomanías de oro que piden siempre ser parte de mi, y no tengo ganas, pero es oro, se supone que el oro no se niega, pero no tengo ganas, se supone que el oro es lo mejor que te puede pasar, pero no tengo ganas, creo que sólo necesito correr, en círculos hasta que mi sistema esté limpio de nuevo.
Calamidades y violencia afuera del metro, me hizo sentir vivo como hace mucho no pasaba, tengo miedo, pero miedo sabroso, del que dosificas hasta que se acaba y luego necesitas más, más peligro, más vida.
Extraño mi confusión.
Cuando las tardes arenosas mueran y se conviertan en la preocupación de alguna otra cara clase mediera y sin problemas empezaré a comerme mis ojos, a pequeñas mordidas, las obsesiones terminarán por sólo entender de casas y salitre, de putrefacción y colmenas sin miel, de abandono puro.
Calcomanías de oro que piden siempre ser parte de mi, y no tengo ganas, pero es oro, se supone que el oro no se niega, pero no tengo ganas, se supone que el oro es lo mejor que te puede pasar, pero no tengo ganas, creo que sólo necesito correr, en círculos hasta que mi sistema esté limpio de nuevo.
Calamidades y violencia afuera del metro, me hizo sentir vivo como hace mucho no pasaba, tengo miedo, pero miedo sabroso, del que dosificas hasta que se acaba y luego necesitas más, más peligro, más vida.
Extraño mi confusión.
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