Bienvenido

Bienvenido

lunes, 22 de diciembre de 2008

Cálculo rosa.

La nariz congestionada y el abrigo lleno de polvo, la humedad cae constante en mis hombros, mi pulso se acelera cada escalón que subo, el cigarrillo me quema los dedos y me despierta un poco cada vez.

El olor de lo que queda de ti me arranca una lágrima que cae desesperada sobre tu nuca.

Los brazos doblados sin sentido, la lógica escapó.

Tus ojos observan tu hipotálamo.

Un tacón cuelga de la cama, rojo, sucio, hermoso, lleno de mi.

El abrigo cuelga de mis hombros como una toalla mojada, pesa aún más.

El cielo se derrite sobre la ventana y la noche.

Encender un cigarrillo...no queda más.

Tu aliento parpadea como lámpara vieja, no te has ido, ya vete, por favor, vete.

La pared me detiene por fuera, por dentro nada, todo se cae.

Ni culpa ni remordimiento, sólo la inquietante ausencia de todo, no hay nada dentro de mi, no se a dónde, pero se fue.

Te veo marchitar como fruta en la selva, envejezco igual de rápido que tu, nos deshacemos juntos.

¿Y luego?

La nada, otra vez.

No hay comentarios: